Tristes corazones
La parte negativa del asunto es la demostración de cómo en los seres con problemas sentimentales se presenta una disminución de las defensas cardíacas según se refiere en una investigación llevada a cabo por el Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia.
Fueron estudiadas 600 mujeres entre 30 y 65 años de edad.
Aquellas con matrimonios muy estresantes presentaron tres veces más riesgos de padecer una afectación cardiaca en relación a las que mantenían una buena relación de pareja.
El estrés negativo mantenido, y el matrimonial no es una excepción, puede provocar una aceleración de la arteriosclerosis de las arterias coronarias por un mayor desarrollo de las placas ateroescleróticas en las paredes internas de estos vasos sanguíneos, favoreciendo la aparición de enfermedades cardíacas.
Corazones felices
Varias investigaciones han demostrado cómo el amor puede influir directamente sobre la salud: disminuye las posibilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares y por ende, alarga la esperanza de vida de esas personas felices.
Incluso, en una investigación realizada por la World Heart Federation se confirmó cómo en quienes mantienen fuertes y positivos lazos afectivos, se facilita entre dos y cuatro veces su capacidad de mejorar las enfermedades cardíacas que en aquellos bajo tratamiento.
Ya no cabe duda sobre la relación directa entre un buen estado de ánimo y la salud cardiaca. De ahí se deduce fácilmente que, además de mantener cifras normales de presión arterial y colesterol, eliminar hábitos tóxicos, realizar actividad física sistemática y mantener una alimentación y un peso saludable, se debe estimular la presencia de sentimientos amatorios positivos.
Debemos experimentar la grata necesidad de buscar la felicidad también a través del amor de pareja, pues resulta ser otra forma de cuidar la salud de nuestros corazones.
*Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente "Dr. Salvador Allende"
Fuente: Cubahora
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