Corazón, muerte súbita (Cont.)
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¿Alguna manifestación nos puede alertar para conducir de urgencia al paciente a un centro asistencial para salvarle la vida? —Aparecen síntomas premonitorios que constituyen la expresión de una descompensación aguda del corazón. Y te cito entre ellos: la pérdida de la conciencia como manifestación secundaria a un trastorno del ritmo cardíaco. También falta de aire, dolor en el pecho, palpitaciones, frialdad, palidez y sudoraciones.
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¿La frecuencia de estas muertes es similar en ambos sexos? —En las edades de 55 a 64 la relación hombre-mujer es de siete a uno. Esta relación tiende a equilibrarse después de los 65 años, cuando llega a ser de dos hombres por cada mujer. Ahora bien, más del 60% de estos episodios se presentan en edades comprendidas entre los 45 y 75 años. En pacientes de 15 a 44 es de alrededor del 5%.
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¿La historia familiar, nuestra genética, es la que decide en primera y última instancia el comportamiento del corazón? —Este es un problema multifactorial. Existen los factores genéticos y hereditarios, pero hay que valorar también las agresiones a las que se expone el ser humano durante su existencia en cuanto a sus hábitos y estilos de vida, el medio ambiente que lo rodea.
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¿Hay medidas de prevención para evitar el paro cardíaco súbito? —La prevención primaria, encaminada a la identificación de las personas consideradas de alto riesgo.
Los pacientes con cardiopatía coronaria sintomática, infarto agudo del miocardio en evolución, angina inestable, o con trastornos del ritmo cardíaco demostrable, representan un 10% de los eventos de muerte súbita.
El 90% restante corresponde a la población general con factores de riesgo cardiovasculares (hipertensión arterial y otras afecciones ya mencionadas) que determinan finalmente la aparición de trastornos de la circulación coronaria y del músculo cardíaco.
—¿Tendría alguna recomendación que hacernos para poder ofrecerle una máxima protección al corazón?
—Lo protegeremos más si adoptamos los llamados hábitos y estilos de vida saludables para la prevención y control de enfermedades crónicas que puedan dañar nuestro corazón.