—Si, con las dislalias, que son trastornos muy frecuentes en la articulación o pronunciación de los sonidos del habla, debido a otras causas, nunca neurológicas.
—¿En qué procederes se sustenta el tratamiento y cuándo dura como promedio?... ¿Es curable?—El tratamiento de la disartria forma parte de la rehabilitación integral de estos niños. Esta dirigido a la atención temprana de todos los trastornos, con el empleo de terapias funcionales que permiten la instauración de los diferentes sonidos, y técnicas para adecuar los movimientos biológicos en el proceso de la alimentación y respiración.
—¿Qué apoyo esencial debe brindar la familia en la terapéutica que se indica?—La familia, y en especial la madre, constituye un eje fundamental en el tratamiento de estos niños necesitados de una atención, manejo y estimulación general de todas sus funciones que les permitan un desarrollo de habilidades especificas.
—Si decimos que la disartria se inserta dentro de las alteraciones provocadas por una lesión neurológica, los estudios de incidencia corresponden a estas causas. Según reportes en nuestro país la incidencia de la Parálisis Cerebral Infantil es de 1,5 a 2,5 niños por cada 1000 nacidos vivos.
—¿Algún criterio que valore como importante y se nos haya quedado en el “tintero”?—Con el objetivo de realizar un diagnóstico temprano de estos trastornos, existe un seguimiento de niños con posibles riesgos de afección neurológica en consultas de neurodesarrollo. El tratamiento se realiza por un equipo multidisciplinario de atención temprana integrado por fisiatras, logofoniatras, neuropediatras, psicólogos y otros especialistas, que evalúan y orientan el plan de estimulación individual a los padres y en especial a la madre por ser la persona que más horas pasa con el niño, que puede brindar el estimulo adecuado en cada momento, a fin de poder activar los mecanismos necesarios en el proceso de maduración del sistema nervioso.