Detonantes

Son los propiciadores de una situación de estrés en el centro de trabajo y entre ellas podemos contar las acciones y presiones para forzar a procesar información rápidamente, los estímulos ambientales dañinos o peligrosos, la sensación de amenaza o bloqueo a los intereses personales, la frustración, la presión no constructiva de jefes o compañeros de trabajo,  el aislamiento grupal,  la falta de espíritu de equipo, una dirección empresarial deficiente, las agresiones autoinducidas a la salud tales como las nocivas acciones del tabaquismo o del alcoholismo, la obesidad, el sedentarismo, etc.

Identificadores del estrés laboral

Existen señales de identificación del estrés laboral como es la inquietud y la ansiedad con un persistente estado de ánimo de tristeza o frustración, los dolores de cabeza o espalda o las palpitaciones u otros síntomas inespecíficos, acrecentados camino al centro de trabajo, los estados depresivos, la pérdida de la energía y la fatiga crónica, la presión arterial elevada, el insomnio, los problemas en las relaciones sexuales o con los demás, la sensación de “falta de aire”, los malestares digestivos como diarreas, el aumento o la disminución del peso corporal, las tensiones en el cuello y muchas otras sensaciones siempre desagradables al organismo humano donde se incluyen los sentimientos de culpa, desesperanza o inutilidad.
 
Se acrecienta cada día una especie de ausencia de felicidad y una percepción exageradamente disminuida de la autoestima y un aumento de la sensación de rabia interna y de la imposibilidad de cambiar el estado de cosas.

Soluciones a la vista

Cuando un directivo eficiente, inteligente y dedicado se percata que uno de sus empleados presenta cualquiera de estas manifestaciones acompañadas a veces de ausencias no justificadas, debe conversar el tema con la persona en cuestión y ayudar a resolver lo que laboralmente se pueda hacer, restaurando un adecuado clima laboral con vistas a elevar la eficiencia y la productividad.

Por parte de la persona estresada, llámese directivo o simple empleado, se pueden emprender acciones personales encaminadas a eliminar el estrés.

Entre las primeras decisiones se encuentra la de organizar con mucha inteligencia, tacto y visión de futuro las prioridades laborales en orden secuencial. Lo primero es lo primero y lo segundo es lo segundo y así sucesivamente, eliminando el deseo de ser un “super-hombre” ó una “super-mujer”.

Quien se sienta constantemente abrumado por responsabilidades que no son suyas, debe aprender a decir NO. Tampoco nadie debe sobrecargarse con actividades clasificadas como no importantes.

Se debe ser realista y no aspirar a la perfección propia. Por otro lado, esperar la perfección de los demás es un acto inútil y aumenta los niveles de estrés. Después de un buen análisis personal del entorno laboral, de cada cual esperar solo lo que es capaz de dar.

Se debe dormir en un ambiente confortable y la cantidad de horas necesarias. Así la mente y el cuerpo se mantienen en buen estado pudiendo con mayor facilidad manejar cualquier situación negativa que cause estrés.

Se debe tener sumo cuidado con los pensamientos. Aquellos estresantes y recurrentes colocarlos en una gaveta mental y después cerrarla a nuestra voluntad por todo el tiempo que sea necesario. No se trata de evadir problemas. Simplemente no recrearnos asiduamente con asunto de poca monta o sin solución.

Una buena dosis de optimismo realista ayudará a salir adelante en situaciones difíciles. Todos podemos aprender a pensar con más optimismo y disfrutar de los beneficios.

Los problemas sencillos se deben solucionar con prontitud pues nos da la sensación de control. Evitarlos puede hacer sentir que se tiene poco dominio de la situación, causando todavía más estrés. Aprender a evaluar esos mini-problemas con calma, inteligencia y con un agudo sentido dirigido hacia las opciones de que se disponen. Después se hace imprescindible actuar y dar los pasos necesarios para resolverlos. 

Cuando se es capaz de resolver un sinfín de problemas pequeños se adquiere el entrenamiento y la confianza necesaria para resolver problemas más complejos. En general, los problemas deben resolverse cuando surjan.

Las demoras, las derrotas y las situaciones difíciles no son desastres y deben considerarse como asuntos momentáneos posibles de resolver. El éxito se alcanza cuando se continúa avanzando con la vista fija en la meta. Y en la gestión laboral se debe tener presente que la línea más corta entre dos puntos muchas veces no es la línea recta, sino el método que los une.

Nuestro cuerpo y nuestra mente son las herramientas con las que se soluciona el estrés laboral o de otra índole. Por lo tanto se deben cuidar con esmero estas útiles armas.

Manteniendo una alimentación y un peso adecuado, una sana actividad física sistemática y eliminando de raíz hábitos tóxicos autodestructivos como pueden ser el tabaquismo o el alcoholismo, mantendremos la salud física. Junto con la salud mental estamos garantizando muchísimos años de vida laboral útil como trabajadores o como directivos, libres por siempre del estrés laboral.

*Jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Docente "Dr. Salvador Allende"
Fuente: Radio COCO