Del otro lado
Quienes desempeñan trabajos de tipo repetitivo, con poca variedad y casi nula complejidad, como son aquellos realizados en una línea de producción, deben realizar muchas cosas para ejercitar su actividad mental fuera del trabajo, a fin de mantener activos sus cerebros y ejercitarlos bien. Entre ellas se encuentra la lectura, visitas a museos o teatros, realizar cursos de superación, aprender y practicar otro idioma, participar en juegos mentalmente provocativos, socializar en grupos de simpatizantes a cualquier actividad, cultivar alguna afición, etc. Muchas personas pudieran llegar a ser muy activas en otras actividades mentalmente estimulantes y exigentes fuera del trabajo. Lamentablemente, otras no son así.
Las Hipótesis
Existen algunas teorías donde se trata de explicar por qué los trabajos retadores para la mente ayudan a preservar la capacidad cerebral. Cuando se ejercita más el cerebro en la vida laboral o fuera de ella son creadas más neuronas, según se plantea. Al paso de los años y cuando la edad comience a hacerse notar, cualquier supuesta pérdida de estas células provocará un daño menor a la memoria y al razonamiento, por poseer una mayor reserva. La otra teoría se basa en el dicho "lo que no se usa se pierde". De manera parecida a la musculatura corporal, mientras más se utiliza el cerebro, más lo fortalecemos. Si no lo hacemos así, pudiera atrofiarse. Por eso nadie con adecuada autoestima puede utilizar la edad como excusa para dejar de realizar a plenitud todas sus funciones corporales, físicas o mentales. Porque si algo se deja de utilizar, puede perderse.
En la construcción de las pirámides de Egipto participó activamente el ajo, pues era consumido por los esclavos que trabajaban en la edificación de tan elevados monumentos, al atribuirle propiedades fortificantes y vigorizantes.
Los gladiadores de antaño se aficionaron a su consumo...