—¿Hace alguna distinción entre sexos, etnias o edades?
—La edad avanzada presenta mayor riesgo. No existen conclusiones definitivas en cuanto a su mayor frecuencia en uno u otro sexos, y no se hace distinción entre las razas.
—¿Qué manifestaciones iniciales conducen al diagnóstico?
—Se observa en el área de apoyo un enrojecimiento de la piel o bien una ampolla íntegra o rota.
—¿Tienen tratamientos específicos y efectivos? ¿Se incluye entre ellos algunos de la Medicina Natural y Tradicional?
—Sí, en primer lugar la prevención y la curación de la herida, y en fase más tardía la cirugía reparadora. Entre los usados de la medicina tradicional están el azúcar, la miel de abeja, el propóleo, la bija, la quitina, y otros.
—¿La mayor o menor extensión de las escaras se vincula con la efectividad y rigor de los tratamientos?
—Efectivamente, porque de lo contrario la úlcera avanzaría a fases más severas con las consecuentes complicaciones.
—¿Puede convertirse en crónica esta dolencia?
—Sí, y pueden presentar complicaciones graves en sus fases más agudas que podrían comprometer incluso la vida de la persona. Cuando se hacen crónicas muchas veces se acompañan de fístulas que interesan órganos internos.
—¿Los masajes con alcohol resultarían útiles para evitar la aparición de escaras?
—Categóricamente, no, porque tienden a irritar la piel. Durante mucho tiempo se utilizó alcohol tanino como protector de la piel, pero ha caído en desuso por su toxicidad y falta de efectividad. Se recomienda el empleo de talcos y cremas hidratantes.
—En torno a la prevención creo que valdría la pena agotar los detalles. Lo invito, doctor Palmero, a ofrecer a nuestros lectores los criterios preventivos actuales para intentar sortear con éxito esta dolencia.
—Aunque las escaras aparecen con facilidad y son difíciles de curar, se pueden prevenir. Hay que educar al paciente y su familia, poniéndose énfasis en la inspección frecuente de la piel, en busca de posibles problemas de presión y aplicar técnicas de limpieza apropiadas; procurar el alivio oportuno de la presión en áreas críticas (prominencias óseas); y estar muy alertas de las situaciones que representan peligros potenciales para la piel, como humedad, calor, frío intenso, pliegues de las sábanas, infecciones. Si ya se han formado las escaras, aplicar sin pérdida de tiempo el tratamiento adecuado.
—¿Se nos escapa algo esencial?
—Me gustaría subrayar que son el médico y la enfermera del área de salud, o los del servicio donde se encuentre ingresado el paciente, quienes deben orientar la prevención y prestar una rápida atención médica a las escaras una vez formadas. Sólo se consultaría con los especialistas de Cirugía Reconstructiva, en los casos necesarios, la conducta inicial a seguir o el tratamiento quirúrgico final.