— La enfermedad es muy molesta, comienza como un nódulo inflamatorio que presenta un absceso doloroso, fluctuante, e interconectados entre sí por fístulas cutáneas. El dolor puede ser tan intenso que dificulta la movilización del área dañada y las regiones cercanas.
—¿Esas lesiones se presentan solitarias o múltiples?— El numero de lesiones y la evolución varían de un paciente a otro, y son únicas o múltiples. Los episodios de hidradenitis también pueden ser múltiples o instaurarse una fase crónica, con drenaje permanente al exterior.
—¿Pueden acompañarse de algún otro trastorno?—Según la intensidad de cuadro clínico, el dolor puede incluso interferir el sueño y provocar manifestaciones secundarias. La aparición de fiebre debe ser investigada individualmente ante la posibilidad de complicaciones de la enfermedad, en ausencia de otras causas.
—¿En qué procederes se sustenta el tratamiento habitual?— La enfermedad mejora con el uso de antibióticos de amplio espectro, pero se requiere de procederes quirúrgicos para drenar o eliminar completamente los tejidos enfermos.
— La prevención de la enfermedad se basa fundamentalmente en eliminar los factores predisponentes antes mencionados, los cuales están íntimamente relacionados con la aparición de esta enfermedad. Se debe practicar, además, el aseo con agua y jabón de las zonas afectadas varias veces al día, y hervir la ropa que esta en contacto con el área dañada. En casos rebeldes y crónicos se pueden prescribir autovacunas.
—¿Tendría alguna recomendación que formular a estos pacientes?—Que eviten la automedicación y acudan a su medico de familia.
—Si nos quedara espacio y algo esencial por señalar...—Subrayar que en ocasiones esta enfermedad se asocia a otra forma de acné denominada acné conglobata, que provoca manifestaciones similares, pero se localiza en la cara, espalda, cara anterior del tórax y en ocasiones los glúteos.