-En las IDP predominan las infecciones frecuentes que afectan cualquier órgano, como las respiratorias graves, las más comunes en nuestro medio. En las IDS están en dependencia de la dolencia de base, como las enfermedades malignas; o de los factores causantes de la inmunodepresión, como los tratamientos inmunodepresores.

-Las infecciones de cierta gravedad que se repiten, como la meningitis, las neumonías, las nefropatías, las forunculosis, los herpes de cualquier tipo, las infecciones parasitarias crónicas del aparato digestivo.

-En primer lugar, el hemograma, la cuantificación de las inmunoglobulinas, el estudio de los linfocitos y otras pruebas funcionales. El segundo nivel requiere de investigaciones más específicas por métodos de citometría de flujo, y de biología molecular para el estudio del Sistema Principal de Histocompatibilidad. En general, el diagnóstico definitivo de las inmunodeficiencias requiere de métodos de laboratorio especializados.

-Deben utilizarse tratamientos sustitutivos en dependencia del déficit, que pueden ser gammaglobulinas o medicamentos que regulan la respuesta inmune. El tratamiento en las IDS depende de la enfermedad de base.

-Mayormente en la primera infancia y en la tercera edad, aunque pueden manifestarse en cualquier etapa de la vida.

-Ante todo, es necesario tener acceso a la instrucción y la cultura para entender la importancia de observar hábitos de vida sanos e higiénicos y tener una nutrición adecuada y balanceada.

En los primeros meses, la lactancia materna protege al niño, que recibe por esta vía anticuerpos que no puede aún producir. En cuanto a las IDS, las medidas estarán relacionadas con la situación causante.

-Un sistema inmunológico competente protege en cierta medida al organismo del desarrollo de tumores (inmunovigilancia). En la actualidad se trabaja en la preparación de vacunas contra el cáncer.

-En los trasplantes es esencial la compatibilidad de los antígenos leucocitarios humanos para prevenir el rechazo del órgano.

En el trasplante de médula ósea esta compatibilidad evita la agresión de las células inmunocompetentes trasplantadas al organismo del paciente deprimido inmunológicamente.