— No es posible, son dos afecciones que se contraponen.
— ¿Cuáles son los signos y síntomas principales del pie cavus?— El aumento exagerado del arco interno del pie que comporta a largo plazo, como te decía, la deformidad del calcáneo y de los dedos, acompañado de dolor y mucho cansancio en los pies. El dolor puede estar localizado en la planta del pie y también en sus tres puntos de apoyo fundamentales.
— ¿Cómo se realiza el diagnóstico de certeza?— Es clínico y radiológico.
— ¿Cuál es el tratamiento de elección en estos pacientes?— En todos los pacientes el tratamiento indicado, a corto o largo plazo, es quirúrgico. Nosotros recomendamos que la operación se realice antes de los 10 años de edad, que de acuerdo con nuestra experiencia es cuando se obtienen los mejores resultados.
— Refirámonos a la cirugía: ¿en qué consiste?, ¿se realiza de forma ambulatoria o debe hospitalizarse al paciente?— Es una cirugía de partes blandas del pie, sencilla y rápida, que dura como promedio no más de ocho minutos y se realiza de forma ambulatoria.
— El paciente comienza la rehabilitación a la mañana siguiente de la operación, porque este proceder quirúrgico permite la deambulación precoz.
— ¿El "arco exagerado" puede reaparecer tiempo después de realizada la intervención quirúrgica?— No, salvo en los casos que exista una lesión neurológica que haya sido la causa principal del pie cavus y se mantenga latente. Por ejemplo, una espina bífida.
— ¿Qué consecuencias puede comportar el pie cavus si no se atiende debidamente?— Traerá un aumento de la deformidad del pie, callos plantares, dolor y dificultades para realizar de pie labores de forma continuada, con una tendencia a la agudización.
— Solo si queda algo fundamental que añadir...— Dejar claramente establecido que a todo niño que se le detecte un aumento exagerado del arco interno del pie debe ser llevado a la consulta de un ortopédico pediátrico.
El cerebro es responsable de la cognición, las emociones, la memoria y el aprendizaje. Procesa la información sensorial, controla y coordina el movimiento, el comportamiento y funciones corporales como los latidos del corazón, la presión sanguínea, el balance de fluidos y la temperatura...