Cuba es el segundo país más envejecido de América Latina, después de Uruguay, y recientes estudios confirman que para el año 2025 ocupará el primer lugar de la región y será entonces uno de los 25 más envejecidos del mundo.
El ponente del tema sobre trastornos de la marcha y el equilibrio en la Tercera Edad es el científico Miguel Valdés Mier, jefe del Grupo Nacional de Geriatría y Gerontología del Ministerio de Salud Pública, Profesor Titular y Consultante del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, en esta capital, con quien iniciamos seguidamente la ronda de preguntas.
—Es sabido, doctor, que el proceso de envejecimiento es una de las causas principales que originan alteraciones de la marcha y del equilibrio. ¿Podría afirmarse que es el precio que deben pagar los seres humanos por alcanzar una mayor longevidad?
— No, en modo alguno. El envejecimiento no es una enfermedad, pero durante ese proceso es frecuente padecer múltiples dolencias.
—En general, ¿a qué edades suelen iniciarse estos trastornos?
—En la Tercera Edad, por encima de la sexta década.
—¿Cuáles son los cambios fundamentales en el patrón de la marcha relacionados con la edad?
—Debilidad muscular, enlentecimiento de la marcha, acortamiento del paso y tendencia a la pérdida de equilibrio.
—¿Se suceden de forma rápida o lentamente?
— Eso está en dependencia con la enfermedad o estado a la que están vinculadas.
—¿Se producen por determinadas afecciones concomitantes con la vejez, o como resultado exclusivo del decursar de los años?
— Habitualmente se asocia con enfermedades neurológicas como el Parkinson, las Neuropatías, los trastornos vasculares y osteomioarticulares. También constituye un marcador de fragilidad.
En el plano sentimental, poetas y escritores han dedicado gran parte de su obra a relacionar frustraciones amorosas y amores imposibles con daños en el corazón.
No es menos cierto que ciertos tipos de estreses, fundamentalmente los vinculados con la ira, pueden provocar...
Parte útil: Las hojas
Propiedades medicinales reconocidas: Antiinfeccioso, antifúngico (contra los hongos) y antiséptico
Vía de administración: Oral y tópica
