La definición es clásica y conocida: el condón o preservativo es una vaina o cubierta fina de goma o tripa para el pene durante el coito, y desde hace varios siglos se alertó de que podía proteger contra las enfermedades de trasmisión sexual (ETS) y embarazos no deseados.
Con el desarrollo de la vulcanización del caucho, en los años 1840 fue factible producir condones sintéticos. La introducción del látex líquido unos cien años después preparó el terreno para los preservativos de mayor resistencia a la tensión.
Con mirada actual, el doctor Rolando Ramírez Fernández, epidemiólogo del Programa Nacional de ITS\SIDA (Infecciones de Trasmisión Sexual/SIDA) que dirige el Ministerio de Salud Públca, subraya que cuando casi el 90 por ciento de la infección por el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana, causante del SIDA) se trasmite sexualmente, los preservativos constituyen una parte esencial de los programas de salud pública destinados a controlar su trasmisión.
Considera por ello que su empleo es una necesidad imprescindible en las relaciones sexuales de los jóvenes y de los menos jóvenes también, especialmente en las relaciones ocasionales que son las de mayor riesgo.
Hasta ahora no se ha podido encontrar una vacuna que proteja en forma eficaz contra el SIDA.
El alcohol puede afectar una zona del cerebro llamada corteza frontal.
Prácticamente no existe en el mundo un solo alcohólico feliz de serlo; si al alcance de su mano estuviese una tableta capaz de curarlo instantáneamente de esa fatídica adicción, no vacilaría un solo instante en...