“Sorprendimos” literalmente a la doctora Arelys León Rodríguez, diplomada en Ginecología Infanto-Juvenil, cuando en su consulta del Ginecobstétrico Docente América Arias, de Ciudad de La Habana, en diálogo con una joven paciente le explicaba que, ciertamente, los dispositivos intrauterinos como la T de Cobre y el Asa eran eficaces para evitar el embarazo, pero tenían como desventaja el no ofrecer protección contra las infecciones de trasmisión sexual (ITS).
Por tanto, subrayaba, no recomendamos este método anticonceptivo para las adolescentes y mujeres jóvenes, porque, argumentó también, mantiene una estrecha relación con la aparición de enfermedades inflamatorias pélvicas, con el riesgo de infertilidad, embarazo ectópico, aumento del sangramiento y cólicos durante la menstruación y favorece las infecciones genitales.
Profesora Asistente, especialista de primer grado en Ginecología y Obstetricia y Jefa del Servicio de Puerperio del América Arias, la doctora León accedió gustosa a ahondar en algunas aristas de la anticoncepción en la adolescencia, tema de interés actual teniendo en cuenta que a nivel mundial se registra una disminución en el promedio de edad de las primeras relaciones sexuales.
Como desventaja diría que se necesita de un entrenamiento previo para su correcta disposición y uso, por lo que en general debe formar parte del “juego amoroso” para que no se convierta en un factor inhibidor.
––En cuanto a las adolescentes que emplean anticonceptivos hormonales, tanto los orales como los inyectables…
––Son seguros para evitar el embarazo cuando se administran adecuadamente, pero tienen el inconveniente de que no previenen las ITS. Por ello, se recomienda a los jóvenes una doble protección: el empleo simultáneo del condón o preservativo y el anticonceptivo hormonal.
Los inyectables no son recomendables en menores de 15 años, aunque puede considerarse su uso en madres jóvenes porque no interfieren con la lactancia de sus hijos.