Las motivaciones positivas son como impulsos. Mueven a la persona a realizar determinadas acciones y persistir en ellas hasta su culminación. Dirigen por el buen camino hacia metas o fines determinados.
Y para alcanzarlos solo se trata de planificar bien las cosas, tener expectativas realistas y mantener la perseverancia.
Lo primero es fijarse un objetivo a alcanzar, la meta principal, aquello que deseamos se haga realidad.
Es muy necesario ser específico pues resulta más estimulante alcanzar una meta en concreto que un vago objetivo. En vez de decir “debo bajar de peso”, el planteamiento correcto es “voy a bajar dos libras a la semana”.
Esto ayudará a planificar los modos y maneras de alcanzar con poca dificultad este objetivo parcial.
Las grandes metas
Es muy correcto motivarse por grandes metas, pero debe tenerse en cuenta que mientras más ambiciosa resulte, el esfuerzo y el tiempo por alcanzarla será mayor.
Por encima de todo se debe ser realista y no un mero soñador. Muchas veces las metas son abandonadas porque sus expectativas son poco razonables.Persona sin el entrenamiento adecuado puede trotar varias cuadras pero sería inalcanzable que se propusiera correr un maratón de más de cuarenta kilómetros.
La posibilidad real de mantener la motivación en alcanzar una meta depende de tener los pies sobre la tierra en relación a lo que se puede conseguir en un período de tiempo determinado
Son varios lo factores responsables tales como los radicales libres y diversos elementos químicos provenientes del tabaco, muy...