—¿A qué edades suele presentarse?
La esencial por regla general después de los 40 años. Es excepcional por debajo de esta edad. En 40 años de experiencia sólo he visto a cuatro pacientes menores de esa edad. La secundaria puede aparecer a cualquier edad.—¿Aqueja por igual al sexo masculino que al femenino?
Es ligeramente más frecuente en las personas del sexo femenino. Se desconoce el por qué.—¿Se hereda la predisposición de padecerla?
La neuralgia del trigémino no tiene carácter hereditario o familiar.—Desde el punto de vista médico, ¿resulta difícil llegar a un diagnóstico de certeza?
Realmente no. Casi siempre es posible hacer el diagnóstico sobre la base de la clínica, aunque siempre puede resultar útil la información que se obtiene de investigaciones auxiliares: estudios radiográficos, tomográficos y otros.—¿Cuál es el tratamiento de elección en estos pacientes, medicamentoso o quirúrgico?
El tratamiento de elección no es compartido unánimemente por clínicos y cirujanos, pero parece lógico comenzar con el tratamiento medicamentoso.
Si los fármacos no controlan los ataques, las dosis requeridas son muy altas, se presentan reacciones alérgicas o de otra naturaleza, creemos entonces que se deber indicar la cirugía.
—¿Es posible curarla, o deviene crónica inexorablemente?
En general es posible controlarla con medicación, como ocurre con los diabéticos, pero no curarla. La cirugía cuando es exitosa suprime el dolor de forma permanente.—¿Tendría alguna sugerencia en particular para estos pacientes?
El dolor facial persistente debe ser atendido por un especialista competente, preferentemente un neurólogo.—Abro esta interrogante por si se queda algo en el tintero...
No obstante lo anteriormente expresado, es frecuente que el médico general, el estomatólogo y aún el neurólogo afronten dificultades para tratar dolores faciales que no son neuralgias trigeminales.
Otras veces las dosis que se administran son insuficientes o con una regularidad inadecuada dada la acción del medicamento utilizado.