Estrés (2012) (Cont.)
—¿Son variados sus síntomas y signos principales? — Son muy diversos los signos de activación fisiológica (en especial a nivel del sistema nervioso, endocrino e inmune), las manifestaciones psicológicas (en procesos cognitivos como atención y memoria, vivencias propias de las emociones, problemas personales y de conducta como disminución de interés y entusiasmo por las tareas), cambios en los ritmos de sueño y descanso, dificultades en las relaciones interpersonales.
—¿En qué momento solicitar atención especializada? — Cuando las manifestaciones apuntadas interfieran el funcionamiento personal y las principales actividades a realizar.
—¿Cómo se establece el diagnóstico? — Identificar que una persona tiene estrés y caracterizarlo puede resultar más complejo de lo que se cree. Hay que considerar todos los componentes que se asocian y esto puede requerir un diagnóstico psicológico con diversos instrumentos. No existe una medida única de estrés, no hay un “termómetro” para el estrés.
—¿Hay tratamientos efectivos?
— Existen medidas para la prevención y control de las repercusiones negativas del estrés. Por lo general, se recomienda practicar regularmente ejercicios de relajación, dar prioridad a las tareas y hacer pausas de descanso. Pueden ser necesarias medidas adicionales, con técnicas más especializadas.
—¿Puede convertirse en crónico?
— Sí. Este es el estrés más perjudicial, porque generalmente se vincula a la producción de determinadas hormonas que inciden en el funcionamiento inmunológico. Las afectaciones pueden producirse no solo a nivel corporal, del organismo, sino en las relaciones sociales y en la práctica de actividades de disfrute de la vida, y, además, en el rendimiento mental, escolar y laboral.
—¿Es posible hablar de prevención en el tema que nos ocupa?
—No hay recetas universales, cada uno deberá experimentar la eficacia de unas u otras estrategias, requiriendo algunas veces orientación psicológica para ello. El estrés no se produce solamente por el trabajo y las tareas por hacer. Recordemos que la vida no se mide tanto por los descansos que tomamos, como por los momentos que roban el aliento…