—La PIO se mide por medio de un equipo llamado tonómetro, el cual se coloca en el ojo durante unos segundos, después de haber instilado unas gotas de colirio anestésico. Es muy rápido y no produce dolor alguno. Las cifras normales de PIO se encuentran por debajo de 22 mm de Hg.
—¿Es posible establecer un diagnóstico precoz?—El diagnóstico precoz se realiza por el estudio del fondo de ojos, la medida de la PIO y el estudio del campo visual.
—¿Es curable o deviene inexorablemente a la cronicidad?—En general siempre se convierte en crónica. Podemos controlarla, pero no curarla.
—¿Cuáles son las consecuencias que puede acarrear, a corto y largo plazo, si no se administra la terapéutica adecuada?—Es una enfermedad que si no se diagnostica a tiempo y la tratamos adecuadamente, lleva al paciente a la ceguera en menor o mayor tiempo.
—¿En qué consiste el tratamiento?—La terapéutica va encaminada a mejorar la salida del humor acuoso del ojo, evitando que aumente la PIO y puede lograrse con la administración de medicamentos, cirugía o láser, en dependencia del tipo de glaucoma.
—No. El glaucoma está ampliamente difundido en el mundo. Constituye la segunda causa de ceguera aun en países desarrollados, en los que el promedio de vida es alto. Afecta al 1-2 por ciento de la población, aunque esta cifra está en dependencia de varios factores (país, raza, tipo de glaucoma).
—¿Existe también, doctora, el glaucoma congénito?—Sí. Puede manifestarse desde el nacimiento o en los primeros meses de la vida. Los principales síntomas son lagrimeo, fotofobia (molestia a la luz), blefarospasmo (cierre de los párpados) y aumento del tamaño del ojo. El tratamiento siempre es quirúrgico, y debe practicarse lo antes posible.
—A su juicio, ¿qué conocimientos imprescindibles deben tener las personas con glaucoma y qué conducta sugiere seguir?—Las personas con este padecimiento deben conocer su enfermedad, la importancia del control periódico y del cumplimiento del tratamiento indicado, para evitar el deterioro de su visión y la ceguera.
La forma más frecuente de glaucoma es el primario de ángulo abierto, que no provoca molestias. Por tanto, es aconsejable el chequeo oftalmológico cada uno o dos años, principalmente si coexisten factores de riesgo, a fin de poder realizar el diagnóstico precoz.