—En general, ¿cómo se manifiestan clínicamente los cálculos del riñón?
— Por el cólico renal, dolor de aparición súbita, intenso, de horas de duración, localizado en uno de los dos lados de la parte baja de la espalda, que se irradia al abdomen y al testículo en el hombre y a la vulva en la mujer. Suele acompañarse de náuseas y vómitos.
—¿Qué medios se emplean para establecer el diagnóstico de certeza?
— El cuadro clínico del cólico renal se acompaña de la presencia de hematíes en la orina, y una radiografía simple identifica a más del 80 % de los cálculos cálcicos.
El ultrasonido abdominal pone en evidencia la dilatación de todo el sistema excretor del lado del dolor y visualiza en muchas ocasiones el cálculo y su ubicación. La urografía excretora es el estudio más importante para hacer el diagnóstico y establecer la terapéutica.
—¿Y en cuanto a los procederes que se emplean para el tratamiento?
—Estarán en dependencia del tamaño del cálculo, su constitución química, la presencia de infección, las alteraciones del sistema excretor y la función del riñón.
El tratamiento resolutivo es expulsivo, mediante el empleo de medicamentos, ondas de choque, endoscopía, o percutáneo con el empleo de técnicas de mínimo acceso, y quirúrgico.
—¿La expulsión de los cálculos podrían producirse espontáneamente?
—El 80 % de los cálculos se expulsan espontáneamente en un periodo de cuatro a seis semanas, dependiendo de su tamaño, ubicación, el estado de la función renal y las vías excretoras.
—¿Tienen tendencia a la reaparición (recidiva)?
—Es alta la tasa de recidiva de la litiasis renal. Se estima que se produce en alrededor de un 10 a un 20 % de los pacientes en los dos primeros años del primer episodio litiásico; y en el 40-50 % a los 10 años de haberse presentado el primer cálculo.
—¿Existen medidas de prevención en el tema que nos ocupa?
— Hay dos medidas. Tratamiento inespecífico que va dirigido a todos los pacientes litiásicos: aumentar la ingestión de líquidos, reducir la de sal y reducir también la ingestión de proteína animal. El tratamiento específico con medicamentos se realiza por estricta indicación médica cuando hay actividad litiásica.