—La obstrucción nasal, los estornudos, secreción por la nariz, el prurito nasal y ocular, la alteración o pérdida del olfato, dolor de cabeza. También pueden aparecer pólipos nasales.
—¿Esas manifestaciones suelen ser, digamos, intermitentes o persistentes en períodos determinados?
—Pueden ser agudas y durar solo algunos días, como en el caso de la rinitis catarral aguda o catarro común. Las crónicas no cesan en sus manifestaciones; y en cuanto a las denominadas estacionales, coinciden con determinadas épocas del año.
—¿Qué procederes se requieren para lograr un diagnóstico de certeza?
—Resulta clave el interrogatorio al paciente, en la búsqueda del factor causal o desencadenante, unido a un minucioso examen de las fosas nasales.
—La cirugía se emplea para el tratamiento de trastornos que pueda originar la rinitis, como la hipertrofia de la mucosa nasal, y, también, cuando existan pólipos nasales.
—¿La rinitis es curable o puede devenir crónica?
—Puede convertirse en crónica, lo que es posible evitar con un manejo adecuado del paciente.
—¿Cuál es la complicación más temida de esta dolencia?
— A corto plazo las infecciones de los órganos próximos a las fosas nasales, incluidas las vías respiratorias inferiores. En el niño la alteración del desarrollo en su peso y altura; y en el adulto los trastornos cardiovasculares.
—¿Alguna precisión final?
—Evitar fundamentalmente la automedicación. Y respirar aire puro.
La palabra agua proviene del latín aqua. Para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida, incluida la humana, el agua constituye un componente esencial.
De hecho, es un nutriente de mayor importancia por ser fundamental para la existencia terrenal. Aunque no contiene...