Se plantea que en algún momento de la vida todo ser humano percibe acúfenos, también denominados tinnitus (del latín ruido metálico, tintineo), un sonido que se advierte como proveniente del interior de un oído, de ambos, o de la cabeza en general.
Cuando estos pacientes acuden al médico, regularmente describen sus síntomas, que pueden ser fugaces, intermitentes o continuos, refiriendo indistintamente que sienten como "el ruido del mar", "un escape de vapor", "un timbre", "un claxon", "cristales rompiéndose" o un "canto de grillos", lo que tiende a generar irritabilidad, insomnio, falta de atención.
Nuestro invitado de esta semana es el doctor Bernardo A. Sandó Iznaga, Profesor Consultante Jefe del Servicio de Otorrinolaringología (Garganta, Nariz y Oídos) del Hospital Docente Comandante Manuel Fajardo, en esta capital, y miembro del Grupo Nacional de la especialidad, quien dirigió durante una década los destinos de la Sociedad Cubana de Otorrinolaringología.
—¿Se conoce, Profesor, en qué sitios puede hallarse el origen de estos ruidos, considerados como verdaderos tormentos para quienes los padecen?
—Pueden localizarse en cualquier punto del aparato auditivo, desde el conducto auditivo externo hasta el oído interno. De ahí las dificultades que, en ocasiones, se presentan para determinar con precisión el lugar de origen.
—¿Estos zumbidos son una enfermedad en sí misma o un síntoma de alguna dolencia?
—Es un síntoma, fundamentalmente.
—¿Por lo general asociado a qué afecciones, transitorias o no?
—La aparición de estos ruidos se vinculan primordialmente con problemas del oído, que pueden ocurrir por la existencia de un tapón de cerumen, por el padecimiento de una otitis (inflamación del oído) o una otosclerosis (inmovilidad del estribo, un huesecillo del oído medio, como consecuencia de un callo óseo). Acuden también a consulta pacientes con ruidos en los oídos originados por la hipertensión arterial.
—¿Y en cuanto a su relación con el empleo de algún medicamento?
—Se estima que en el mercado internacional circulan unos 200 medicamentos que pueden provocar estos zumbidos. Por su empleo frecuente en nuestro medio te citaría la estreptomicina, la kanamicina y la gentamicina.