Luxación congénita de la cadera (Cont.)
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¿Cómo se "descubre", por decirlo así, esta enfermedad? ¿Puede la propia madre o algún familiar detectar algún síntoma que los pongan sobre alerta?
— Es posible desde el momento del nacimiento cuando se le realiza al bebé su primer examen físico por el pediatra o el médico de familia. A veces llama la atención de los padres la presencia de asimetría (falta de correspondencia) en la posición de las piernas y en los pliegues del muslo. También por limitaciones a la hora de abrir las piernas en el momento del baño.
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¿Qué conducta sugiere seguir con estos pacientes? ¿Tiene tratamiento específico?...
—Ello estará en dependencia del tipo de luxación y del momento en que se realice el diagnóstico. La más frecuente, la falta de desarrollo de la cadera, se trata mediante la colocación de un aparato ortopédico que mantiene los miembros inferiores del bebé separados y rotados hacia fuera en la posición conocida como "de rana". Esta posición permite que la cabeza del fémur se ponga en contacto con el acetábulo, para lograr así un desarrollo armónico.
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¿En qué porcentaje, de acuerdo con su experiencia, puede dejar alguna secuela?
—Es variable, en correspondencia con el momento en que se diagnostique este trastorno.
Cuando el diagnostico y tratamiento se realizan durante los tres primeros meses de vida, la evolución suele ser muy buena, con el desarrollo de una cadera normal.
—¿Es alta o baja la incidencia de esta afección en nuestro país?
—De acuerdo con la experiencia de nuestro Servicio es más bien baja, y en general en nuestro medio el diagnóstico se establece de forma precoz.
—¿Es posible hablar de prevención en este tema?
— Solo es posible lograr, luego del nacimiento, que la falta de desarrollo en los componentes anatómicos de la propia cadera no se convierta en luxación.
—Nos queda espacio para alguna precisión esencial...
—Destacar que la luxación congénita de la cadera es un problema de salud importante que plantea, en ocasiones, dificultades diagnósticas y terapéuticas para los facultativos que ofrecen atención a esta entidad: el pediatra y el médico de familia, actores principales para el diagnóstico precoz de este trastorno; y el ortopedista infantil para instaurar el tratamiento adecuado, a fin de evitar secuelas mediante el establecimiento de métodos preventivos o reparadores, y si ello no es posible recurriendo a la cirugía ortopédica paliativa o protésica en el adulto.