—¿Qué síntomas y signos la caracterizan?
—Es esencial conocer que un alto porcentaje de estos pacientes no presentan síntomas o refieren molestias inespecíficas como rugosidad, tirantez, ardor, o sensación de sequedad de la mucosa bucal. Esto comporta que las lesiones no sean percibidas en un gran número de pacientes y que el diagnóstico se establezca durante una visita de rutina al estomatólogo.
—¿Es posible establecer un diagnóstico de certeza solo mediante la clínica?
—El diagnóstico del liquen plano debe basarse en la observación clínica, y ser confirmado mediante una biopsia.
—¿Tiene una terapéutica específica? ¿En que consiste?
—El tratamiento es paliativo teniendo en cuenta que su objetivo principal es el control de los síntomas dolorosos que produce y la cicatrización de las lesiones, a fin de reducir los riesgos de su malignización, aunque podemos afirmar que, en general, evoluciona de forma benigna.
—¿Es curable o tiende a la cronicidad?
—Las lesiones pueden persistir durante años con períodos de exacerbación y remisión, y rara vez se curan.
El control periódico debe realizarse al menos dos veces al año, y todos los meses durante el tratamiento activo.
—¿Podría trasmitirse de persona a persona a través de un beso o utensilios de uso común?
—No es una enfermedad infecciosa ni contagiosa, por lo que no existe trasmisión de persona a persona.
—El liquen plano bucal puede vincularse con la aparición de lesiones en otras regiones del cuerpo?
—Sí. Las lesiones dermatológicas (en genitales, el cuero cabelludo, las uñas) se asocian con frecuencia a las bucales.
Las de la boca propiamente se relacionan con las de la piel en alrededor de un 14%.