Temblor esencial (Cont.)
—¿Aqueja a personas de cualquier edad y sexo?
—Puede aparecer a cualquier edad, su frecuencia aumenta después de la segunda década de la vida, aunque también puede verse en niños.
A partir de la séptima década toma nombre propio, Temblor senil, y es mucho más frecuente. No se reportan diferencias entre hombres y mujeres.
—¿Ante qué primeros síntomas y signos debemos consultar al médico?
—Solo requiere intervención médica cuando el temblor comienza a interferir con las actividades cotidianas. Un número importante de estos pacientes no acuden nunca al médico.
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¿Cómo se establece el diagnóstico de certeza?
—El diagnóstico es clínico, fundamentalmente. Se realiza mediante el interrogatorio y el examen físico neurológico. Algunos exámenes de laboratorio y las neuroimágenes confirmarán o negarán nuestro pensamiento científico.
—¿Tiene tratamiento?
—Sí. Y transita desde la adopción de medidas generales que ayuden a disminuir la discapacidad hasta la indicación de medicamentos y la cirugía. Muchas personas logran controlar este temblor espontáneamente. Las terapéuticas quirúrgicas se reservan para los pacientes resistentes a los tratamientos y que se encuentren altamente incapacitados. Hasta el momento no tiene tratamiento curativo.
—De acuerdo con la experiencia clínica, ¿cuál es el pronóstico de estos pacientes?
—En general tiene buen pronóstico. Progresa con lentitud y habitualmente no resulta invalidante.
—¿Es posible hablar de prevención en el tema que nos ocupa?
—Hasta la fecha no se dispone de tratamientos neuroprotectores para el Temblor esencial, aunque la ingeniería genética trabaja para posibilitar diagnósticos presintomáticos que permitirán establecer terapéuticas aun antes de que aparezcan los primeros síntomas.
—¿Algo más?
— Señalar que se considera una enfermedad benigna y no reduce la esperanza de vida.