El tema, más que tentador para su abordaje en esta columna, fue sugerido por la lectora matancera Gladys Silvera Pérez, quien me escribía que "el estornudo es posible que sea normal, pero si pasamos horas estornudando algún motivo debe existir".

Médico internacionalista en Zambia (1998-90), especialista en Medicina General Integral, el doctor Bencomo cursó también la especialidad de Alergología, y luego de un periplo laboral por consultorios del médico de familia, policlínicos y hospitales de Pinar del Río, lo encontramos ahora en el Hermanos Ameijeiras, centro de referencia para América Latina.

-Por lo regular, doctor, la fórmula de respuesta que "acompaña" a un estornudo es ¡Salud!, práctica ancestral propia de muchas culturas. ¿Es porque el estornudo se considera síntoma o anuncio de enfermedad?

-Es un síntoma de rápida aparición y, por lo general, es el primero que se presenta ante un resfriado común o catarro. También en los pacientes alérgicos cuando se exponen a los agentes causantes de su enfermedad, o sencillamente en personas que inhalan cuerpos extraños o sustancias irritantes.

-¿Qué es lo que podríamos considerar "normal" y qué "anormal" en cuanto a la frecuencia de los estornudos?

-La frecuencia está en dependencia sobre todo de la causa que provoca el estornudo, que generalmente se presenta por "tandas", teniendo en cuenta la intensidad del estímulo que lo desencadena. Es importante subrayar que estamos ante un reflejo considerado protector o beneficioso para el organismo, al permitir la expulsión de partículas o sustancias extrañas alojadas en las fosas nasales.