El tabaco es extremadamente perjudicial para la salud y especialmente dañino para las personas con diabetes.
Pero los sometidos a estos humeantes malvados, fuman porque la nicotina contenida en el tabaco es una de las sustancias más adictivas conocidas por la humanidad.
Muchos fumadores también desarrollan una adicción psicológica al perverso producto.
Acabando con la vida
El desastre más conocido del tabaco se relaciona con la aparición de diferentes tipos de cáncer.
Pero, además, en los fumadores diabéticos se produce una elevación del azúcar sanguíneo y por lo tanto, resulta más difícil controlar la diabetes.
El tabaquismo agrava muchos riesgos a enfrentar por los diabéticos, como son las enfermedades cardíacas y las vasculares.
Fumar reduce de manera notoria la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos y esta merma lesiona y obstruye los vasos sanguíneos de cualquier calibre y puede desencadenar infartos cardíacos, accidentes cerebrovasculares, daño renal, etc.
Las personas con diabetes adictas al tabaco tienen una probabilidad tres veces mayor de un desenlace fatal debido a una enfermedad cardiovascular cuando son comparadas con las personas diabéticas no fumadoras.