-¿De qué “color” ven el verde y el rojo?
-Parece ser que el verde lo ven como una variante de gris y el rojo como castaño.
-¿Hay daltónicos que no son conscientes de su condición?
-Sí, a menudo este trastorno pasa inadvertido, sobre todo los que presentan defectos leves.
-¿Cómo se establece el diagnóstico de certeza?
-Con el empleo de pruebas de visión de colores, en las que se utilizan láminas especialmente diseñadas para diferenciar a las personas con percepción normal de los colores de las que presentan esta dificultad.
-¿Es posible, mediante algún proceder o entrenamiento, que los daltónicos lleguen a asociar alguno de los colores para los que está incapacitada su visión?
-Sí, se adaptan a “ver” de un modo distinto los colores que presentan problemas para su percepción. Aprenden a reconocer los objetos, saben que la sangre es roja, las plantas verdes. Se valen de medios secundarios y de puntos de referencia, como, por ejemplo, la posición que ocupan los colores en los semáforos. Como es lógico, cuando el color aparece fuera de esos contextos, se desorientan y cometen errores al apreciar productos textiles, o poder decir si las frutas y los vegetales están maduros o no.
-¿Se conoce por qué aqueja más a los hombres que a las mujeres?
-Sí. Este padecimiento es prácticamente exclusivo del género masculino, porque en su forma clásica se hereda como un rasgo recesivo ligado al cromosoma X. Los hombres sólo tienen un cromosoma X, mientras que las mujeres tienen dos. Si una mujer recibe un cromosoma X con el rasgo de daltonismo, será portadora de la enfermedad, pero no la presentará porque su otro cromosoma compensa el defecto. Sin embargo, un hombre siempre presentará la enfermedad, puesto que su cromosoma X defectuoso no puede compensarse. Para que una mujer tenga daltonismo, sus dos cromosomas X deben estar afectados. Y para ello se requiere que su padre sea daltónico y su madre portadora o daltónica.
-¿Es frecuente el daltonismo en el mundo y también en nuestro país?
-Se estima que un 8 por ciento de los hombres están impedidos de ver los colores adecuadamente, aunque de forma intensa este trastorno se produce en un 2 ó 3 por ciento de la población.
-Doctora, ¿se nos queda algo imprescindible por decir?
Subrayar que la “ceguera del color” no debe ser motivo de desaliento ni constituir barrera alguna en el desempeño social. Científicos eminentes como John Dalton, o pintores como Vincent van Gogh, que influyó de forma decisiva en el movimiento expresionista, eran daltónicos.