- Con frecuencia se asocia con hiperactividad. Esto es, "como si el niño(a) tuviera un motor encendido", desplegando una actividad desorganizada y excesiva. Por lo general, no se quedan quietos en su asiento, responden de forma abrupta a las preguntas antes que se las terminen de formular, se les dificulta esperar su turno y frecuentemente interrumpen y molestan a los demás. Suelen, además, ser imprudentes e impulsivos, propensos a accidentes y a ser implicados en problemas de disciplina por incumplir las normas sin existir la intención de desafiarlas.
-¿La inteligencia de estos niños es menor, igual o superior al promedio?- Son niños con una inteligencia dentro del rango de la normalidad.
-¿Es posible llegar al diagnóstico de certeza?- Si, el diagnóstico de certeza se basa en la presencia de las características descritas en múltiples situaciones (en el hogar, la escuela, paseos, la consulta...), constatada por más de una persona y que persista por más de 6 meses. La observación de la conducta del niño(a) es el principal proceder diagnóstico. Existen además pruebas de atención que ponen en evidencia la dificultad.
- Se presenta en un 3-10% en las edades escolares tanto en Cuba como en otros países, y afecta con mayor frecuencia a los varones.
-¿Existen tratamientos para el déficit de atención o, al menos, para atenuar o hacer desaparecer sus síntomas?- Hasta el momento no existe un tratamiento curativo, pero si se pueden realizar muchas actividades que ayudan a entrenar la atención y que están al alcance de todos. Los trabajos manuales de cortar, pegar, colorear, clasificar, ensartar, armar rompecabezas, descubrir diferencias entre láminas aparentemente iguales, entre otras. Existen además medicamentos que estimulan la atención.
-¿Qué plantearía usted a padres y maestros como contribución al apoyo y ayuda necesaria a estos niños?- Pienso que quizás lo más importante que debieran conocer es que el niño(a) no elige actuar de esa manera. Su autoestima con frecuencia se daña porque el niño(a) está más cercano al fracaso que al éxito y la crítica de maestros y padres, que no reconocen el problema como enfermedad, va dejando huellas en su psiquis. No necesitan de educación especial, sino que se tengan en cuenta sus individualidades por parte de los maestros.
En la temporada festiva de fin de año, durante la cual se come opíparamente, se bebe en abundancia y menudean las situaciones de estrés al viajar para visitar a familiares que viven lejos, o recibirlos en nuestras casas, puede aumentar el riesgo de problemas cardíacos y de accidentes...