—¿Considera que es clave en estos pacientes el empleo del método clínico?
— Sin un interrogatorio adecuado el establecimiento del diagnóstico resulta imposible. La disuria no es un signo clínico sino un síntoma, es decir, un elemento subjetivo, una percepción propia del paciente que debe ser precisada y puede incluso existir sin evidencias de infección en los exámenes de laboratorio que se realicen, sobre todo en los casos de alteraciones funcionales de la vía urinaria baja.
—¿Qué conducta terapéutica seguir?
—La dilución de la orina (ingestión al menos de dos litros y medio de agua al día), la no retención de los deseos de orinar, la disminución en frecuencia del aseo urogenital en la mujer y la colocación adecuada de la almohadilla sanitaria, son elementos básicos. La prescripción de antibióticos específicos y el seguimiento evolutivo serán decididos por el médico.
—¿Cuál es el papel que desempeña la ingestión de abundante líquido?
—El grado de dilución que alcanza la orina depende de la cantidad de líquido que tomemos. De no ingerirse suficiente agua la formación de orina disminuye, se concentra.
Los riñones entonces se esfuerzan en intentar eliminar los desechos metabólicos en un menor volumen líquido, y la orina, así concentrada, favorece el crecimiento de gérmenes.
—¿Son recurrentes las disurias?
—Repetirse, volver a ocurrir o a aparecer, es uno de sus rasgos más característicos.
—¿Alguna indicación con relación al aseo urogenital en la mujer?
—Deberá ser mínimo por el arrastre que origina de los elementos que a manera de barrera ejercen una acción protectora. También deberá practicarse por separado: primero la región genital y luego la zona restante.
—¿Algún otro criterio que valore de interés?
— La disuria es, sin duda, un síntoma clínico muy molesto, que puede ser el anuncio de una infección urinaria baja que, cuando se manifiesta de manera recurrente en la mujer, se vincula también con una mayor incidencia de infertilidad, abortos, partos prematuros, bajo peso al nacer, fundamentalmente. Es importante por ello que tanto hombres como mujeres, ante los primeros síntomas, acudan de inmediato al médico para que les indique la conducta a seguir.