—¿Suelen aparecer asociadas con otras enfermedades?
—Hay, diría, una peligrosa asociación de las crisis de angustia con los intentos suicidas, el trastorno depresivo mayor y los de ansiedad. Por diversas causas, estas crisis las hemos visto asociadas también a la epilepsia y en toxicomanías.
—¿Se conocen las causas que las originan?
—Se desconocen aún, aunque se invocan diversas teorías que intentan explicar sin resultados concluyentes el desencadenamiento de estas crisis. Recientes investigaciones afirman la existencia de agentes productores de pánico inducidos desde áreas del cerebro.
—¿En qué momento es posible afirmar que nos encontramos ante una persona con este trastorno?
—Cuando presenta el cuadro clínico típico que describimos, y una vez que se hayan descartado alteraciones orgánicas que pueden ser generadoras de ansiedad, como los trastornos endocrinos, tóxicos, enfermedades pulmonares obstructivas y tumores cerebrales.
—¿Los pacientes presentan entre sí algún rasgo distintivo, digamos, de personalidad?
—No existe un rasgo distintivo en estos pacientes, aunque pueden observarse características de personalidad comunes. Entre ellas, marcada tendencia a sobrestimar y exagerar los síntomas somáticos (físicos) provocados por la ansiedad.
—¿Tienen tratamiento específico?
—El tratamiento, que dura alrededor de un año, es integral, con medicamentos antipánicos y una estrategia de psicoterapia dirigida fundamentalmente a suprimir la ansiedad anticipatoria: el miedo a sufrir otras crisis. El médico de familia debe decidir la conducta a seguir. Ahora bien, el control de las crisis, su seguimiento aun después de desaparecidas, debe ser realizado por un especialista en Psiquiatría.
—¿Existen métodos de prevención o control?
—En ellos desempeña un importante papel la familia, especialmente los padres, con la atención a los problemas afectivos de sus hijos.
—¿Alguna recomendación en especial para quienes sufran crisis de pánico, y también para sus familiares?
—Que se entienda que estas personas sufren una enfermedad y están ciertamente desesperadas. Como en estas crisis se presentan palpitaciones o sacudidas del corazón, debe descartarse, en primer lugar, la existencia de una afección cardiovascular.
Varias investigaciones han demostrado...