El término disfagia, que literalmente significa “dificultad para comer”, se emplea en Medicina para describir los trastornos que se presentan para tragar. O dicho quizás de forma más abarcadora: es la imposibilitad de que los alimentos sólidos o líquidos pasen con facilidad desde la boca hacia la garganta, y “bajen” luego por el esófago hacia el estómago, durante el proceso de deglución.
Los pacientes en la consulta refieren generalmente que presentan una “sensación de atoramiento”, indica el doctor Rolando Martínez López, especialista en Medicina General Integral y en Gastroenterología, jefe del Servicio de esta especialidad en el Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso, ubicado en el tercer piso del hospital Luis de la Puente Uceda, en esta capital.
Y aclara antes de que iniciemos la ronda de preguntas: la disfagia no es una enfermedad, es un síntoma que puede estar acompañando a varias enfermedades.
—¿Cuáles son sus causas más frecuentes?
—En general suelen ser de origen funcional u orgánico. Entre las primeras se incluyen los trastornos que comprometen los movimientos del esófago (parte del tubo digestivo que va desde la faringe al estómago), como consecuencia de espasmos o enfermedades neurológicas que dificultan la deglución.
En cuanto a las orgánicas, los tumores benignos y malignos localizados en cualquier lugar del esófago; las estenosis (estrechez) e inflamaciones del esófago, fundamentalmente.
—¿Factores genéticos o hereditarios, o ambos, están vinculados con este trastorno?
—No, aunque en la etapa de gestación pueden ocurrir anomalías durante el desarrollo embriológico y ser causa, por ejemplo, de una estrechez esofágica, lo que puede generar una disfagia en los primeros momentos luego del nacimiento.
En la infancia este trastorno se origina mayoritariamente por accidentes: cuando niñas o niños ingieren sustancias, como la sosa cáustica, que les dañan el esófago.
—¿Y en cuanto a los adultos?
—En cualquier etapa de la vida. Los tumores aparecen regularmente en edades más avanzadas, mientras que en la cuarta y quinta décadas suelen presentarse las inflamaciones del esófago, motivadas con mayor frecuencia por el reflujo del ácido presente en el estómago.
—¿Tiene una alta o baja frecuencia en nuestro medio?
—Diría que la disfagia es relativamente frecuente.
La ira o rabia adopta muchas expresiones. Y así por ejemplo, las actitudes de mala educación frecuentemente son ejemplos de ira.
Esta negativa emoción también puede expresarse como resentimiento, furia o irritabilidad. Y puede tener lamentables consecuencias...