Para el doctor Miguel Alberto Aguilar Charara, especialista de primer grado en Ginecología y Obstetricia y profesor Asistente del Hospital Ginecobstétrico González Coro, de esta capital, existen varias afecciones ginecológicas en las que se indica el legrado diagnóstico. Cita, entre ellas, los sangramientos uterinos, miomas (tumores) sangrantes, pólipos endometriales, sospecha de cáncer de endometrio. Asimismo se emplea en el estudio de la infertilidad, aunque para esta investigación va quedando relegado a un segundo plano, atendiendo a los adelantos tecnológicos que en la actualidad se disponen para ello.
—¿Tiene también algún valor terapéutico?
—Sí. El valor terapéutico fundamental del legrado diagnóstico radica en su eficacia para la detención del sangrado uterino anormal en mujeres que acuden a consulta luego de realizar, sin éxito, varios intentos para detener un sangramiento.
—¿En qué consiste este proceder quirúrgico y por qué vía se realiza? ¿Se emplea anestesia para ello?
—Consiste en el raspado de las paredes uterinas con instrumental cortante para la toma de tejido, por vía vaginal, que luego se estudia para llegar a un diagnostico definitivo. La anestesia más empleada es la general, aunque también se utiliza la local y la que se administra a través de la Acupuntura.
—¿El tratamiento es ambulatorio o se requiere el ingreso de la paciente?
—Puede ser ambulatorio, pero en general se prefiere el ingreso de la paciente por unas horas hasta la recuperación anestésica.
—¿Existen contraindicaciones para su realización?
—El proceder en sí mismo no tiene contraindicaciones. Lo que puede impedir su aplicación son enfermedades asociadas que presente la paciente.
—¿Cómo se comporta el posoperatorio?
—De forma general transcurre sin alteraciones, quizás en ocasiones un poco de dolor que desaparece con la administración de analgésicos.