El aprendizaje de la propia lengua constituye para muchos la mayor hazaña intelectual que el hombre realiza durante su vida.
Antes que el niño o niña adquiera el lenguaje como tal debe transitar por el aprendizaje de los sonidos, la formación de palabras, su combinación en frases, la construcción de significados y la adquisición de un conocimiento sobre su lengua, hasta llegar a la meta deseada: el dominio propiamente del lenguaje.
Ahora bien, cuando hablamos de lenguaje debemos distinguir, esencialmente, entre los aspectos articulatorios (pronunciación), los semánticos (vocabulario), los estructurales y los pragmáticos (uso funcional o social del lenguaje).
Para el esclarecimiento del tema que abordamos, surgiría una primera e ineludible pregunta: ¿cuál de esas áreas específicamente -la pronunciación, el vocabulario o la estructura de la oración- se ve afectada en los niños con retraso de lenguaje?
-¿Conoce la ciencia las causas de las alteraciones que impiden su normal desarrollo?
-Son varias también y te mencionaré algunas enfermedades: retraso mental, autismo, lesiones cerebrales, hipoacusias, y, asimismo, pobre estimulación del lenguaje, sobreprotección, que provocan secundariamente el trastorno del lenguaje. Asimismo puede presentarse el caso de algún niño con retraso del lenguaje en el que las causas mencionadas no sean evidentes o demostrables.
-¿Se sabe qué sucede realmente en la actividad cerebral de estos niños y niñas?-Pueden originarse alteraciones electroencefalográficas, anomalías estructurales o funcionales en el cerebro, y trastornos sensoriales como las pérdidas auditivas.