Caídas en el anciano (Cont.)
—
En verdad, ¿una persona mayor de 65 años no puede caer al suelo por un “simple tropezón”.—Evidentemente, pero deben tenerse en cuenta los cambios del equilibrio y de la marcha.
—
¿Cuáles son, en orden de importancia, las fracturas más frecuentes que se originan?—La más común es la de la cadera. También de la cabeza y cuello de fémur, columna vertebral, muñeca y tobillo.
—
¿Una caída, como a veces se afirma popularmente, se puede ocasionar “porque se parte” previamente la cadera, o en todos los casos se produce como consecuencia misma de la caída?—La cadera se fractura como consecuencia de un padecimiento de osteoporosis, que no es más que la pérdida exagerada de tejido o masa ósea como un todo, que hace al hueso más propenso a romperse.
—¿Se caen por igual los ancianos del sexo masculino que del femenino?
—La tasa promedio anual de caídas transita desde un 15 a un 28% en adultos mayores sanos entre 60 y 75 años. Esta cifra aumenta al 35% cuando se sobrepasan los 75. Estas estimaciones, además, demuestran una mayor prevalencia en el sexo femenino (relación 2/1), aunque después de los 75 años esta frecuencia se iguala en ambos sexos.
—¿Algún comentario dirigido especialmente a los trabajadores de la salud?
—La valoración del riesgo de caídas se debe realizar en el ámbito de una evaluación geriátrica exhaustiva, y centrarnos en la valoración de la marcha y el equilibrio. Los grupos de expertos sobre prevención recomiendan aconsejar a los ancianos y sus familiares la adopción de medidas para la reducción del riesgo de caídas, entre las que se encuentran la práctica de ejercicio, reducción de riesgos ambientales, el control del consumo de fármacos y la corrección del déficit visual.