Catarata (Cont.)
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¿Qué signos y síntomas nos alertan de este padecimiento?—El síntoma fundamental es la visión borrosa u opaca. La luz puede molestar más de lo habitual, lo que es particularmente discapacitante para manejar en la noche. Puede haber visión doble o múltiple y ser necesario el cambio frecuente de espejuelos. En los comienzos de la formación de una catarata puede ocasionalmente mejorar la visión de cerca.
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¿El diagnóstico es solo clínico?—Es básicamente clínico. Sin embargo, se requiere de un sofisticado equipamiento tecnológico para permitir una planificación quirúrgica adecuada y detectar enfermedades asociadas.
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¿El único tratamiento es el quirúrgico?... ¿En qué consiste la cirugía y cuál es el momento óptimo para la intervención?— El tratamiento es quirúrgico y consiste en extraer el cristalino natural opaco y sustituirlo por un lente intraocular artificial cuyo poder se calcula de forma individual para cada paciente. Existen actualmente técnicas microquirúrgicas de pequeñas incisiones, sin sutura, que permiten resultados visuales muy satisfactorios y una rápida incorporación del paciente a su vida laboral y social. No es necesario esperar a estar ciego para operar. La cirugía se realiza cuando la pérdida visual afecta las actividades normales del paciente.
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¿Por qué en un mismo acto quirúrgico se extirpa la catarata de uno de los ojos y no de ambos?— Porque, aunque muy raramente, pueden surgir complicaciones posquirúrgicas como infecciones, y no se debe someter a este riesgo a los dos ojos simultáneamente.
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¿Qué complicaciones se pueden presentar?— El pronóstico de la cirugía de catarata es muy bueno, con un bajo índice de complicaciones, aunque, como en todo proceder quirúrgico, no está exenta de ellas.
Las más frecuentes durante la cirugía son la elevación de la presión intraocular, el sangramiento y la rotura de la cápsula que sostiene el lente intraocular. La más temida es la sepsis, que ocurre en un 0.005% de los pacientes operados.
—Le pediría un comentario sobre la Operación Milagro.
—La Operación Milagro, con su alto contenido humanitario, constituye un gigantesco aporte de Cuba a la lucha contra ese enorme flagelo de la humanidad que es la ceguera.
Se les ha devuelto la visión a miles de pacientes de nuestra América, muchos de los cuales llevaban décadas sin poder disfrutar de este importante sentido.