El hecho de que una droga sea considerada legal, ¿significa necesariamente que no es nociva para la salud?
-Realmente son también muy dañinas, hasta el punto que el "inofensivo" café es el responsable del 25% de los tranquilizantes y medicamentos para dormir que se consumen mundialmente.
El tabaco mató el pasado año a 5 millones de personas (millón y medio más que el SIDA) y cada cajetilla de cigarrillos que se consume representa un día menos de vida, lo que significa adelantar 15 años el adiós definitivo.
Por último, la droga más dañina conocida hasta hoy en nuestro planeta es el alcohol -consumido en forma irresponsable-, ya que además de daños corporales determina otros psicológicos, sociales, culturales y espirituales.
-¿Dónde estaría, en términos de los perjuicios que puedan generar, la línea divisoria que separaría a las drogas legales de las ilegales?
-Es bueno destacar que entre las legales hay una que afecta la conducta (el alcohol), mientras el resto, afortunadamente, no. Pero lo que establece la categoría legal o ilegal es: Uno: la frecuencia con que producen dependencia en los consumidores; dos: la intensidad de esa dependencia; tres: la gravedad de los síntomas de abstinencia: y cuatro: sobre todo la potencialidad para producir tolerancia.
Te invito a una reflexión: si el tabaco y el alcohol crearan tanta tolerancia como la marihuana, la cocaína y la heroína, los alcohólicos necesitarían tomar más de 30 litros de alcohol al día y los fumadores mas de 30 cajetillas, y eso sería aun peor para la salud del fumador, para sus convivientes y para la sociedad.
-¿Cuáles son, entre las legales, las que pueden comportar mayores perjuicios?
-El tabaco en lo corporal y el abuso de alcohol en todas las dimensiones del ser humano.-En esta verdadera encrucijada en que nos vemos situados a comienzos del siglo XXI, ¿qué hacer a su juicio en el plano personal, familiar y social?
-A las drogas hay que verlas como un conjunto de sustancias en las que unas abren las puertas a las otras, y hay que impedir que se incorporen a nuestro estilo de vida. El problema empieza desde la abuelita que ingenuamente nos enseña a tomar café, los padres que nos piden le encendamos un cigarrillo y los que piensan que para hacer hombres a sus hijos hay que enseñarlos a beber.
En lo personal informarse, tener criterio propio y temerle a las drogas. En lo familiar recordar la importancia de la armonía, el amor y la ejemplaridad, mientras que en lo social, seguir -a nivel internacional- avanzando en el desarrollo de sociedades cada vez mas justas y menos estresantes, desarrollar al máximo la educación, la cultura, la salud y la divulgación por todas las vías de los peligros de las drogas y la forma de evitarlos.
-El tema nos desborda el espacio, profesor González. ¿Algún comentario que valore como esencial?
-Los que consideren con pesimismo que han bebido o fumado por mucho tiempo y que "ya el mal está hecho" es bueno informarles que los daños del tabaco y el alcohol sobre el corazón, el cerebro, los pulmones, el hígado y el pene, se reducen a la mitad un año después de suspender el consumo, y que a los dos años desaparecen totalmente, con lo que las posibilidades de presentar enfermedades graves de estos órganos serían las mismas existentes en quienes no han consumido esas drogas. ¡Interesante!, ¿verdad? Ellos también están a tiempo para la decisión.