A veces tanto padres como maestros desconocen las causas y consecuencias del trastorno de déficit de atención, que aqueja a millones de niños y adultos en el mundo.
El tema es de máximo interés social y humano y abre no pocas interrogantes.
Se trata de un trastorno caracterizado por una persistente falta de atención en múltiples situaciones, lo que trae como consecuencia que el niño o niña cambie frecuentemente de una actividad a otra, indica la doctora Tania Adriana Peón Valdés, especialista de primer grado en Medicina General Integral, Máster en Psiquiatría Social y residente de tercer año de Psiquiatría Infanto-Juvenil en el Hospital Pedro Borrás Astorga, de esta capital.
-Comprobadas científicamente, doctora, ¿cuáles son las causas que desencadenen este padecimiento?
- Actualmente no se conoce una causa específica sino que se considera que su origen responde a muchas causas, que van desde eventos que afectan al niño(a) antes de su nacimiento, como exposiciones a tóxicos, alcohol, humo del cigarro y enfermedades del embarazo.
Posterior al nacimiento pueden afectar: el daño al sistema nervioso por convulsiones, enfermedades infecciosas como la meningoencefalitis y los traumas craneales.
Se plantean además factores genéticos por lo cual el trastorno puede ser heredado de uno o ambos padres, pero no sucede así en todos los casos.
- Los eventos señalados dan lugar a un funcionamiento del sistema nervioso diferente, en el cual está dañada la capacidad para discriminar los estímulos relevantes de los que no lo son. De esta forma, el niño(a) intenta prestar atención a todo cuanto sucede en su entorno y, por tanto, disminuye su capacidad para atender a lo más importante en cada momento.
-¿Qué señales más visibles podrían alertar a padres y maestros de que un trastorno de atención pueda estar ocurriendo en el niño o niña?- Resulta significativo para padres y maestros que el niño(a) interrumpe las actividades y las abandona sin haberlas terminado, cambia frecuentemente de una actividad a otra dando la impresión de que pierde el interés en una tarea para pasar a distraerse con otra; olvida con frecuencia lo que se le dice y a veces da la impresión que no escucha cuando se le habla directamente. Además, comete errores por descuido en la tarea escolar u otras actividades y habla mucho en clase.
-¿A qué edades suele hacer su presentación y cuál es el curso que, en general, sigue esta afección?- Suele aparecer antes de los 7 años de edad y prolongarse más allá de la niñez y la adolescencia. Mejora gradualmente con el paso de los años. De no recibir el apoyo adecuado pudiera acentuarse la sintomatología inicial y dar lugar a dificultades para aprender, problemas de conducta y baja autoestima. De lo contrario, con un tratamiento oportuno, pueden alcanzar un desempeño personal y social satisfactorio con alto grado de creatividad y dinamismo.
La ira o rabia adopta muchas expresiones. Y así por ejemplo, las actitudes de mala educación frecuentemente son ejemplos de ira.
Esta negativa emoción también puede expresarse como resentimiento, furia o irritabilidad. Y puede tener lamentables consecuencias...