Con algunas de estas interrogantes en cartera nos entrevistamos con el doctor Rodrigo Álvarez Lorenzo, especialista de segundo grado en Ortopedia y Traumatología, quien es jefe del Servicio de Cirugía de la Cadera del Hospital Frank País, en esta capital. Es también Profesor auxiliar del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana y miembro de la Directiva de la Sociedad Cubana de su especialidad.
— ¿Los implantes de cadera son de empleo universal?— Desafortunadamente, como resultado del elevado costo de las prótesis totales, esta cirugía no está al alcance de amplios sectores poblacionales de países en vías de desarrollo.
— ¿Qué experiencia acumula nuestro país y específicamente el Complejo Científico Ortopédico Frank País de La Habana?— Podemos decir con orgullo que Cuba fue uno de los primeros en América Latina en introducir esta técnica, cuando en febrero de 1971 se realizó en nuestra institución el primer implante de una prótesis total de cadera.
Desde entonces, y hasta la fecha, más de 3 000 pacientes cubanos y de otras muchas nacionalidades se han beneficiado de las ventajas de este tipo de cirugía en el Frank País y a lo largo y ancho de la Isla.
— ¿Pacientes con qué afecciones requieren una prótesis de cadera?— La afección que con mayor frecuencia requiere de un reemplazo protésico de la cadera es la artrosis de esta articulación, pero hay que señalar que existen numerosas afecciones locales y sistémicas que, secundariamente, pueden producir degeneración artrósica de la cadera a corto o largo plazo. Entre las dolencias locales de esta articulación se encuentran las fracturas, luxaciones o una combinación de ambas, la necrosis de la cabeza femoral, artritis séptica, malformaciones congénitas, enfermedad de Perthes, lesiones tumorales, y otras. Entre las afecciones sistémicas o generalizadas se encuentran la artritis reumatoidea, artritis anquilopoyética, artritis psoriásica, la gota y el lupus eritematoso.
— ¿Qué exámenes previos son necesarios para llegar a la conclusión diagnóstica de la necesidad de este implante?— A estos pacientes se les realiza un minucioso interrogatorio y examen físico para determinar su grado de incapacidad funcional para realizar su trabajo y las actividades cotidianas como caminar, subir y bajar escaleras, calzarse y vestirse. Para cuantificar la magnitud de la degeneración articular basta una radiografía simple, pero lo más importante a la hora de decidir la operación es el dolor referido por el propio paciente.
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