En realidad, es una enfermedad poco frecuente, dice ahora el Doctor en Ciencias Médicas José A. Lloréns Figueroa, Profesor Titular de Cirugía de la Universidad Médica de La Habana y Consultante del Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras. Sin embargo, la complejidad de su origen y desarrollo representa un desafío para los especialistas.
Atendiendo a la importancia de esta enfermedad y las dificultades que entrañan el diagnóstico y el tratamiento, en enero de 1984 se creó en el Hermanos Ameijeiras un grupo multidisciplinario que participa en el Programa de Atención al Paciente Miasténico.
— En la actualidad está probado su carácter autoinmune. El propio organismo produce sustancias que se identifican como anticuerpos, capaces de interferir con el mecanismo de la contracción muscular. También es conocida la existencia de una íntima relación entre el timo y la miastenia gravis. Situado detrás del esternón, el timo alcanza su mayor tamaño en la pubertad, pero contrario a un falso conocimiento, muy arraigado por cierto, nunca llega a desaparecer. Los cambios que se originan en el timo en esta enfermedad son hiperplasias benignas en la mayoría de los casos, aunque aproximadamente del 10 al 15% de los pacientes con miastenia presentan tumores conocidos como timomas.
— ¿Se hereda la predisposición de este padecimiento? Y añado, ¿existen factores de riesgo conocidos para su aparición?
— Las razones por las cuales se desencadena la respuesta autoinmune son desconocidas, pero la asociación de la enfermedad con patrones genotípicos específicos ha hecho pensar en una predisposición genética que determina una autosensibilidad. Pero definitivamente no se considera una enfermedad hereditaria.