El cuerpo necesita insulina, una hormona producida en el páncreas, para convertir en energía la glucosa, el principal azúcar de la sangre. En las personas con diabetes, el páncreas deja de producir insulina y, como resultado, la glucosa se acumula en la sangre y daña los vasos sanguíneos, los nervios y algunos órganos. El término diabetes, por su etimología griega, significa "orinar mucho", y mellitus, miel, por la eliminación de una gran cantidad de glucosa por la orina.
En el niño y el adolescente la diabetes más frecuente es el tipo 1 (insulino-dependiente). Requiere tratamiento con insulina porque ocurre un déficit total de esta hormona. Existen además la llamada diabetes mellitus tipo 2 (no insulino-dependiente), que suele aparecer en obesos después de los 40 años, y se origina por la resistencia que presentan los tejidos para utilizar la insulina, cuya producción se hace insuficiente para mantener los niveles de glucemia normales; y la diabetes gestacional, que aqueja como promedio a cinco de cada 100 embarazadas en Cuba.
Nuestro consultante es el doctor Regino Piñeiro Lamas, profesor auxiliar y especialista de segundo grado en Endocrinología, jefe del Departamento de esa especialidad en el Hospital Universitario Pediátrico Juan Manuel Márquez, de esta capital.
Ahora bien, su aparición es más común de 5 a 7 años de edad y en la pubertad. No existen diferencias en cuanto al sexo.
— ¿Se nace con la predisposición de este padecimiento?
— Sí, pero es necesario que existan factores ambientales para que se desarrolle.
En un 90% de estos pacientes se comprueba el origen autoinmune de la enfermedad (el sistema de defensa reacciona frente a componentes del organismo como si fueran sustancias extrañas), por la presencia al inicio de diferentes anticuerpos en la sangre producidos por el organismo contra la célula Beta del páncreas, productora de la insulina.
— ¿Comprobadamente el medio ambiente ejerce alguna influencia?
— Ciertamente el medio ambiente presenta el factor desencadenante para el desarrollo de la diabetes. Se han señalado principalmente determinadas infecciones virales como factores predisponentes.
En la construcción de las pirámides de Egipto participó activamente el ajo, pues era consumido por los esclavos que trabajaban en la edificación de tan elevados monumentos, al atribuirle propiedades fortificantes y vigorizantes.
Los gladiadores de antaño se aficionaron a su consumo...