-Sí, lo que comporta como es lógico preocupaciones sociales y laborales en quienes la padecen por las molestias que acarrea.
-Examinemos detenidamente los tratamientos actuales: medicamentosos, psicológicos, quirúrgicos… Veamos en primer lugar qué fármacos se emplean y con qué resultados.-El tratamiento de uso externo a base de desodorantes y lociones elaboradas con sales de aluminio ayudan a controlar la producción del sudor e incluso a curar este trastorno en un 90% de los casos. En ocasiones es necesario también el empleo de lociones o cremas antibióticas. Otro grupo de medicamentos, como los anticolinérgicos, betabloqueadores y psicotrópicos, fundamentalmente, disminuyen la sudoración, pero su uso a largo plazo esta contraindicado por los efectos colaterales que producen.
-En cuanto a los psicológicos...-Se ha demostrado que la hiperhidrosis constituye, más que un trastorno psicológico, una alteración orgánica, no obstante que estímulos como el miedo o la ansiedad puedan acentuar la sudoración.
-Actualmente se practica una técnica quirúrgica conocida en lenguaje médico como simpatectomía torácica endoscópica, que es un proceder quirúrgico muy sencillo y seguro mediante la cual se corta a nivel del tórax la cadena de fibras nerviosas responsable del exceso de sudor. Se realiza por mínimo acceso y no requiere de puntos.
De acuerdo con la experiencia internacional, en un 95% de los pacientes intervenidos les controla la sudoración de manos, axilas y cara, y en un 50% la de los pies, con un rápido proceso de recuperación posoperatorio. Un 5% de las personas que han sido tratadas con este proceder han presentado de forma transitoria un exceso de sudoración en otras zonas del cuerpo y raramente otras complicaciones.
-Si le queda algo esencial por decir...-Subrayar que cada paciente debe ser estudiado y tratado de acuerdo con sus características específicas. Es posible buscar ayuda médica pues existen tratamientos para el control de este trastorno.