Por ello, cuando en su consulta en el Hospital González Coro, de esta capital, le pedí que esclareciera por qué se le denomina "enfermedad venérea" a esa infección bacteriana que ataca el sistema reproductivo de la mujer, sin dubitar me respondió: "Etiquetarla desde el comienzo como enfermedad venérea me parece demasiado categórico".
-¿Se conoce, profesora, el nombre de la bacteria causal de esta dolencia?-No se trata de una, sino de múltiples microorganismos causales, aunque los más frecuentes son los gonococos, las clamidias, micoplasmas, escherichias, algunos formando parte de la flora vaginal de la propia paciente y otros provenientes del exterior.
De ahí la fuerte correlación planteada por la mayoría de los investigadores entre esta entidad y las llamadas infecciones de transmisión sexual.
-Luego queda esclarecido que no es la vía sexual la única puerta de entrada de esos gérmenes…-Diría que no se trata de una transmisión sexual exclusiva.
-Tanto en el hombre como la mujer, ¿dónde anidan estos "microbios"? O para decirlo en lenguaje médico, ¿cuál es el reservorio natural?-Generalmente se trata de parásitos intracelulares, por lo que no podrían vivir fuera de su huésped. Pueden encontrarse en el cuello uterino, vagina, uretra masculina y otras localizaciones.
-En cuanto al sexo masculino, ¿es solo portador de estas bacterias o pueden generarle también algún padecimiento?-Por supuesto que sí, el hombre desarrolla enfermedad por la infección con estos gérmenes. Por ejemplo, la uretritis, con las consabidas molestias de dolor al orinar y secreción purulenta a través de la uretra, tan característica.
La palabra agua proviene del latín aqua. Para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida, incluida la humana, el agua constituye un componente esencial.
De hecho, es un nutriente de mayor importancia por ser fundamental para la existencia terrenal. Aunque no contiene...