Placenta previa
por: José A. de la Osa
Consultado: Doctora María Dolores Zayas León
Con un peso aproximado de medio kilo (unos 500 gramos), la placenta es el órgano encargado de asegurar los cambios nutritivos entre el feto y la madre.
Tiene dos caras: la materna y la fetal. La primera se inserta en el tejido que reviste interiormente el útero; la otra se encuentra en comunicación con el feto a través del cordón umbilical.
Para completar la visión anatómica, recordemos que el útero es el órgano donde se implanta el óvulo fecundado para su desarrollo durante la gestación y el cuello uterino la ruta de salida del bebé en el momento del nacimiento.
Los especialistas en Ginecobstetricia utilizan el término “placenta previa” para calificar la que se desarrolla en la parte inferior del útero, cubriendo total o parcialmente la parte interna de la abertura del cuello uterino. Ello impide prácticamente el parto vaginal.
Abro de inmediato el diálogo con la doctora María Dolores Zayas León, especialista de segundo grado en Ginecología y Obstetricia, profesora Asistentes del Hospital Docente América Arias, en esta capital, Diplomada en Perinatología.
—¿Cómo se produce el proceso de implantación de la placenta durante el embarazo y cuál es, por decirlo así, su posición correcta?
—Al unirse el óvulo y el espermatozoide, en el momento de la concepción, siguen un camino a través de las trompas hasta llegar a la cavidad uterina, donde encuentran un terreno preparado por las acciones hormonales que permiten la anidación del huevo y el desarrollo de la placenta. La ubicación normal de este órgano es muy variable: puede estar en el fondo, en las caras anterior, posterior o bordes laterales derecho o izquierdo del músculo uterino, pero siempre en el cuerpo del útero.
—¿Se conocen las causas principales por las cuales este “órgano intermediario” entre la madre y el feto asume una posición anormal?
—Se origina en mayor medida en los embarazos en la adolescencia, en los tardíos (después de los 35 años), en mujeres con múltiples partos, y cuando existen antecedentes de interrupciones del embarazo, fibromas uterinos y malformaciones congénitas del útero, fundamentalmente.
—¿Hay también factores que puedan contribuir a su aparición? Y pienso, por ejemplo, en gestantes que fuman.
—No existe evidencia científica que demuestre que el mal hábito de fumar contribuya a la aparición de la placenta previa. Sin embargo, debo alertar que el cigarro es causa determinante del bajo peso al nacer.