¿Esas crisis son una enfermedad en sí mismas o un síntoma de alguna dolencia?, preciso. Dice: Pueden ser ambas cosas, pues cuando se repiten más de una al mes se denominan trastornos de pánico y se consideran una enfermedad. Sus manifestaciones durante otros desarreglos mentales, como ocurre en algunas fobias (agorafobia o miedo a los lugares abiertos, a las multitudes, grandes establecimientos o medios de transporte), y en el tras-torno de ansiedad generalizado, se consideran como un síntoma más de estas entidades.
La doctora Duany Navarro es especialista de primer grado en Medicina General Integral, de primero y segundo grados en Psiquiatría y Profesora Auxiliar. También es miembro del Grupo Nacional de esa disciplina.
—¿Conoce la ciencia las causas que desencadenan estas crisis o, al menos, qué hipótesis se plantean?
—La causa exacta, como en la mayoría de los trastornos mentales, no se conoce. Sin embargo, se invocan teorías como "desórdenes bioquímicos a nivel cerebral", otras enfatizan en el efecto del estrés mantenido, en la personalidad, y, asimismo, la predisposición hereditaria.
—¿A qué edades como promedio comienzan sus manifestaciones? ¿Aquejan por igual a personas del sexo masculino y fe-menino?
—No hay edades específicas para su aparición, aunque son raras en la niñez y adolescencia, y más frecuentes en la adultez. Con relación al sexo se plantea que es más común en mujeres.
—¿Estas crisis suelen aparecer de repente e indistintamente cuando la persona está despierta o durmiendo? ¿Cuál es su frecuencia y cuánto duran como promedio?
—Las crisis ocurren cuando la persona está despierta. En cuanto a la frecuencia deben ocurrir más de una al mes. Se clasifican de graves cuando se reportan cuatro o más ataques semanales o al menos dos por semana. La duración es corta, desde segundos a no más de 10 minutos. Son muy intensas, de ahí el temor que producen en quien las padece y la sensación de una durabilidad mucho mayor.
—¿Se pueden predecir?
—No cuando constituyen una enfermedad; pero sí cuando acompañan a otros trastornos, como las fobias.
—¿Cuáles son los síntomas principales?
—El cortejo sintomático es variado, constituido por inicio brusco, sensación de pérdida de control, miedo a enloquecer, a morir de pronto, deseo de escapar, huir, palpitaciones, taquicardia, temblores, dificultad para respirar (sensación de ahogo), dolores o malestares inespecíficos, opresión en el pecho, temores hipocondríacos. Pueden ser tan intensos que desorganizan la conducta de la persona, y generan depresión y aislamiento social.
—¿Es posible confundirlos con los de un ataque cardíaco?
—Para un personal profesional no, pero sí para otras personas. Por ello es una causa frecuente de solicitud de evaluación por Cardiología o Medicina Interna.
—¿Cómo auxiliar a estos pacientes durante la crisis?
—Dándoles apoyo, comprensión y tranquilidad. Pero cuando con estas alternativas no desaparezcan o disminuyan los síntomas, deben ser valorados por un facultativo que determinará la conducta a seguir.
—¿En qué momento solicitar ayuda profesional?
—Atendiendo a la frecuencia de las crisis y luego de analizar que no se relacionan con eventos específicos que las desaten.
—¿Qué procederes se emplean para establecer el diagnóstico de certeza?
—No hay procederes para ello. La mayor parte de las veces una buena historia clínica, es decir, correcta anamnesis (interrogatorio) y apropiado examen, acompañados o no de pruebas psicológicas, ayudarían para arribar a este diagnóstico.
—¿Las crisis de pánico tienen tratamiento específico?
—Sí, y van desde el uso de la psicoterapia en sus diversas variantes, el de la Medicina Na-tural y Tradicional, hasta el empleo de psicofármacos.
—¿Son curables estos pacientes o transitan hacia la cronicidad?
—Los síntomas se controlan con el tratamiento, y pueden pasar grandes periodos de tiempo asintomáticos.
—¿Tendría algún comentario sobre la prevención de estas crisis?
—La prevención siempre es posible y en este caso estaría dirigida a fomentar estilos de vida saludables que incluyen una dieta adecuada, manejar correctamente las situaciones estresantes y disfrutar de periodos de recreación.
El mango se puede comer solo o acompañado, en una gran variedad de platos.
El mango es el fruto de la Mangifera Índica, un árbol...