—Generalmente no hay recuerdos del episodio.
—¿Si un hijo, o nuestra pareja, hablaran fuerte, e incluso dieran la impresión de "estar molestos", sería recomendable despertarlos?
—No, porque desde el punto de vista terapéutico no resolveríamos el problema e interrumpiríamos su sueño, lo que resultaría nocivo.
—Si comprendemos lo que expresa en sueños, ¿debemos acaso sacarle el tema a colación al día siguiente?
—Se han realizado experimentos durante los cuales se ha despertado al sujeto después de un somniloquio durante la segunda mitad de la noche, y cuando se le ha preguntado sobre el contenido de sus ensueños, se ha observado que existe una alta relación entre estos y los contenidos de los somniloquios.
Pero cuando la pregunta se realiza a la mañana siguiente, es muy probable que no recuerde sus ensueños o los recuerde de forma fragmentada.
—Habría que consultar a un facultativo para valorar a la persona, precisar el criterio diagnóstico y la conducta a seguir.
—¿Existe tratamiento en el tema que nos ocupa?
—Cuando esta manifestación aparece de forma aislada no lleva tratamiento. Lo requerirá cuando esté asociado a causas tratables.
—¿Y prevención?
—Existe la predisposición individual a padecer diferentes síntomas, trastornos, enfermedades, y ocurre lo mismo para el somniloquio. En algunos casos un estilo de vida saludable puede ayudar a la profilaxis.
—¿Quisiera agregar algo más?
—Tenemos una fortuna invisible, a la que no siempre damos el valor necesario, y es cuidar nuestro sueño, ese, que nos restaura el cuerpo y el alma y permite, por otra parte, que nuestros sueños (proyectos, deseos) se hagan realidad.