—¿Cuáles son las causas más frecuentes que suelen originar la hematospermia?
— Los procesos inflamatorio-infecciosos de la próstata, de las vesículas seminales y de la uretra del hombre, o por traumas durante el contacto sexual.
—¿Se presenta a cualquier edad?
— Sí, fundamentalmente en hombres en plena actividad sexual y con mayor frecuencia en jóvenes.
—¿Este trastorno puede ser recurrente y persistir durante meses o años?
—La hematospermia, como sabemos, es un síntoma no una enfermedad, por lo que puede reaparecer en correspondencia a la recurrencia del trastorno que la causa.
—¿En qué consiste la evaluación médica inicial?
—En la práctica clínica con el desarrollo de un exhaustivo interrogatorio y examen del aparato urogenital, incluido el tacto rectal, proceder capaz de aportar elementos muy importantes de las características de la próstata y las vesículas seminales.
—¿Pruebas complementarias?
—Cuando así lo indique el examen clínico, se realizarán cultivos microbiológicos y micológicos de la esperma (espermocultivo), para comprobar la existencia o no de una infección bacteriana, micótica o tuberculosa. Además, estudio ultrasonográfico de la próstata y vesículas seminales, e incluso la observación directa de la uretra mediante una uretroscopía.
—¿Hay que establecer algún diagnóstico diferencial?
—Es necesario hacer diagnóstico diferencial de una posible contaminación del semen con sangre procedente de un sangramiento ginecológico de la pareja de origen infeccioso, tumoral o traumático durante el contacto sexual.
—Y la terapéutica de elección…
—Estará en dependencia de la enfermedad que motive el sangramiento.
—Abro este espacio para alguna consideración final que valore necesaria.
—La hematospermia es un síntoma que traduce una enfermedad del tracto urogenital del hombre y constituye siempre un signo de alarma, por lo que el paciente debe acudir al médico sin dilaciones para recibir orientación diagnóstica y terapéutica adecuada.