Para el esclarecimiento del tema he invitado al doctor Eduardo Martínez Suárez, profesor Asistente, quien es especialista de primer grado en Neurocirugía y responsable docente del Servicio de esa especialidad en el Hospital Clínico-Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, en esta capital.
— Dos preguntas de entrada, doctor: ¿Se conoce la causa que origina la hidrocefalia? ¿Es siempre un padecimiento congénito, es decir, que aparece al nacimiento?
— Su causa es bien conocida y está relacionada con la producción, circulación o reabsorción del líquido cefalorraquídeo. Ahora bien, puede ser congénita o adquirida, según el mecanismo de producción. En cuanto a las congénitas se deben generalmente a malformaciones en determinadas estructuras cerebrales; las adquiridas son secundarias a tumores, sangramientos, traumas e infecciones del Sistema Nervioso Central.
— No podríamos afirmar que constituya una enfermedad hereditaria. Sin embargo, las que aparecen al nacimiento (congénitas) tienen un origen genético y existen procederes de detección en la etapa fetal para prevenirlas.
— Refirámonos ahora específicamente a la congénita. ¿Qué signos y síntomas principales pueden hacer sospechar la presencia de hidrocefalia?
— Son variables. Antes del cierre de las fontanelas (mollera, espacio sin osificar en el cráneo del niño) pueden aparecer agrandamiento craneal, el llamado "ojos en sol poniente", estrabismo divergente, nistagmo (movimiento involuntario de los ojos), convulsiones. Después del cierre de las fontanelas, dolor de cabeza, vómito, vértigo, cabeza grande, estrabismo, convulsiones y deterioro progresivo de la conciencia, entre otros trastornos.
La palabra agua proviene del latín aqua. Para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida, incluida la humana, el agua constituye un componente esencial.
De hecho, es un nutriente de mayor importancia por ser fundamental para la existencia terrenal. Aunque no contiene...