Habitualmente, dice la profesora Rosario Calviac Mendoza, estas son las primeras palabras que emplean las madres, en la consulta, cuando se refieren al trastorno que presenta su hijo: "Doctora, el niño tiene el «pipi» raro y no orina por la «puntica»".
La profesora Rosario Calviac Mendoza junto a la licenciada en Enfermería Coralia Betancourt Rodríguez, en la Sala de Servicio de Urología del Hospital William Soler.
El hipospadias es una malformación congénita que afecta los genitales externos del varón, principalmente. En estos pacientes el orificio uretral (el conducto por donde sale la orina) no está situado en la punta del pene, sino en cualquier parte de su trayecto. El vocablo médico hipospadias proviene del griego spadon (espada), en alusión a la forma del órgano masculino.
Aunque la doctora Calviac, especialista de primer grado en Urología y jefa del servicio de esa especialidad del Hospital Pediátrico Docente William Soler, no ha visto en sus dos décadas de práctica clínica ningún paciente del sexo femenino con hipospadias, señala que se reportan casos en la literatura mundial. Anualmente ella atiende entre 20 y 30 niños aquejados de esta malformación.
—¿Se conoce cuál es la frecuencia?
—Tiene una incidencia mundial de 3 a 5 niños por cada mil nacidos vivos.
El concepto de “calorías” es muy comentado pero poco comprendido a pesar de constituir la base de la ganancia, la pérdida o el mantenimiento del peso corporal. Influyen decisivamente en la génesis de la obesidad.
Las calorías se encuentran contenidas en todos los nutrientes...