El sistema inmune tiene como función fundamental proteger el organismo y mantener su estado de salud. Para ello reconoce, neutraliza o destruye toda sustancia extraña o potencialmente dañina. El reconocimiento induce “memoria” y es lo que permite prevenir el padecimiento de enfermedades infecciosas mediante la inmunización o vacunas.
Así inicia nuestro diálogo la Doctora en Ciencias Médicas Consuelo Macías Abraham, del Instituto de Hematología e Inmunología, jefa del Grupo Nacional de Inmunología del Ministerio de Salud Pública, a quien le comento que al hablar de inmunodeficiencias primarias se infiere que existen también las secundarias. Y puntualizo: ¿Hay alguna razón especial que la incline, como me expresó cuando seleccionamos el tema de esta entrevista, a abordar de preferencia las inmunodeficiencias primarias en el espacio de esta columna?
—Sí, las adquiridas, de mayor frecuencia, son más conocidas. Sin embargo, las primarias se han considerado “raras” o poco comunes a nivel mundial y las evidencias recientes reportadas indican una mayor frecuencia de la estimada. La OMS reconoce 160 tipos lo que debe aumentar por la detección de anomalías congénitas aún no conocidas. Su diagnóstico es de mayor complejidad.
En la construcción de las pirámides de Egipto participó activamente el ajo, pues era consumido por los esclavos que trabajaban en la edificación de tan elevados monumentos, al atribuirle propiedades fortificantes y vigorizantes.
Los gladiadores de antaño se aficionaron a su consumo...