Antiácidos
Los antiácidos son sustancias químicas conocidas como bases débiles que actúan sobre los ácidos del estómago transformándolos en sales y agua, con lo cual disminuyen o anulan la acidez estomacal. Se utilizan como tratamiento coadyuvante en las úlceras digestivas, en la hernia hiatal, las dispepsias y otras afecciones digestivas. Uno de los antiácidos más empleados es el Alusil, el que puede interactuar con medicamentos como el fumarato ferroso interfiriendo en su absorción lo que puede ocasionar un fallo terapéutico en aquellas personas que consumen sales de hierro para tratar una anemia.
Fuente: Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología
Bromocriptina
La bromocriptina es un medicamento que se clasifica como antiparkinsoniano aunque su indicación más frecuente es en los trastornos hipofisarios que generan hiperprolactinemia. Su uso, conjuntamente con la eritromicina ocasiona somnolencia, dolor de cabeza, cogestión nasal, sequedad de la boca, mareos y calambres en las piernas pues, la eritromicina, reduce la eliminación del medicamento y sus concentraciones en sangre se incrementan produciendo los síntomas propios de su intoxicación.
Fuente: Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología