Anticonceptivos orales
La contracepción hormonal es uno de los métodos más eficaces de regulación reversible de la fertilidad. La mayoría de los anticopceptivos orales (ACO) están compuestos por una combinación, a dosis fija, de dos hormonas femeninas: estrógeno y progesterona. Estas hormonas actúan inhibiendo la ovulación y modificando al útero con lo que impiden la implantación del óvulo, si es que llegara a fecundarse. Estos medicamentos, con frecuencia producen efectos adversos como: dolor de cabeza, secreción vaginal y sangramientos intermenstruales. Su eficacia puede afectarse cuando se consumen con fármacos que aceleran la eliminación de una de las hormonas de los ACO, por ejemplo la carbamazepina.
Fuente: Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología
Antirretrovirales
El tratamiento con antirretrovirales es, hasta hoy, el único recurso que existe para pacientes infestados con el VIH. Su uso debe ser continuado a lo largo del tiempo, a pesar de que pueden ocasionar efectos adversos como entumecimiento y hormigueo en las manos, dolor abdominal, dolor de cabeza y decaimiento. El abandono del tratamiento aumenta las posibilidades de infección en estos pacientes que, por sus características inmunológicas, pueden comprometer la vida.
Fuente: Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología