Antirretrovirales
El tratamiento con antirretrovirales es, hasta hoy, el único recurso que existe para pacientes infestados con el VIH. Su uso debe ser continuado a lo largo del tiempo, a pesar de que pueden ocasionar efectos adversos como entumecimiento y hormigueo en las manos, dolor abdominal, dolor de cabeza y decaimiento. El abandono del tratamiento aumenta las posibilidades de infección en estos pacientes que, por sus características inmunológicas, pueden comprometer la vida.
Fuente: Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología
Bromocriptina
La bromocriptina es un medicamento que se clasifica como antiparkinsoniano aunque su indicación más frecuente es en los trastornos hipofisarios que generan hiperprolactinemia. Su uso, conjuntamente con la eritromicina ocasiona somnolencia, dolor de cabeza, cogestión nasal, sequedad de la boca, mareos y calambres en las piernas pues, la eritromicina, reduce la eliminación del medicamento y sus concentraciones en sangre se incrementan produciendo los síntomas propios de su intoxicación.
Fuente: Centro para el Desarrollo de la Farmacoepidemiología